Por el Mar de las Antillas,
que también Caribe llaman,
batida por olas duras
y ornada de espumas blandas,
bajo el sol que la persigue
y el viento que la rechaza,
cantando a lágrima viva
navega Cuba en su mapa:
un largo lagarto verde,
con ojos de piedra y agua.
batida por olas duras
y ornada de espumas blandas,
bajo el sol que la persigue
y el viento que la rechaza,
cantando a lágrima viva
navega Cuba en su mapa:
un largo lagarto verde,
con ojos de piedra y agua.
La poesía llena de música de Nicolás Guillén habla de Cuba, claro. Pero
si en vez "largo lagarto verde" dijésemos "un gracioso
caballito de mar verde", bien podríamos estar refiriéndonos a la
isla de San Andrés.
Para empezar a contar algo sobre este pedacito olvidado del paraíso,
digamos que es bastante posible que las islas San Andrés, Santa Catalina y
Providencia —hoy pertenecientes
al territorio insular de Colombia— hayan sido avistadas por las carabelas de Cristóbal Colón en algún
momento de su cuarto viaje, en 1502, pero no existen documentos históricos u
otras evidencias que puedan confirmar esos datos.
Algunos documentos, eso sí, dicen que los primeros pobladores de las
islas eran colonos holandeses que llegaron a la isla de Providencia hacia
finales del siglo XVI, aunque su presencia no duró mucho, puesto que los
ingleses los expulsaron en 1632, haciéndose cargo del archipiélago, al que
empezaron a poblar enseguida con cantidades de esclavos negros de Jamaica que
llegaron para trabajar en sus cultivos de tabaco y algodón.
Pero antes, en el año de 1510 el reino recientemente unificado de España
había tomado posesión oficial de las tres islas, aunque nunca promovió los
asentamientos de población o de furzas militares necesarios en ellas; y es
porque los rudos conquistadores estaban más ocupados en ampliar los poderes -ya
de por sí enormes, que habían obtenido en la península con la derrota de los
moros y la expulsión de los judíos- y someter el máximo posible de áreas
continentales.
Las islas San Andrés, Santa Catalina y Providencia quedaron
más tarde bajo la administración de la Real Audiencia de Panamá; aunque en 1544
la corona española las pone bajo jurisdicción de la Capitanía General de
Guatemala.
El archipiélago, por fin, apareció indicado por primera vez en una Carta
Universal de autoría anónima fechada en 1527 y más tarde en el Mapa de Rotz, de
1542.
Luego, como ya adelanté, entre 1629 y 1630 se empiezan a promover los
primeros asentamientos definitivos de inmigrantes europeos en el archipiélago.
Se trataba de grupos de colonos ingleses que llegaron desde Bermudas y Barbados
entre otros orígenes cercanos, y que se asentaron en Santa Catalina y
Providencia.
Es por entonces que empieza un ping-pong de ida y vuelta de poderes,
entre la corona británica y la española, cuando la segunda se la adjudica, para
luego el trono inglés ganar nuevamente las islas, apoyado por el bucanero John
Morgan, y de nuevo
más tarde al español. Incluso en un momento el archipiélago fue declarado
propiedad de Argentina por un corsario francés, para de nuevo volver a la
corona española, y finalmente ser reclamado por Colombia poco después de su
independencia.
El Archipiélago de San Andrés,
Providencia y Santa Catalina —que tanto en idioma inglés como en criol sanandresano se
llama Archipelago of San Andrés, Providencia and Santa Catalina— es
un departamento de Colombia que se ubica al oeste
del mar Caribe, a 775 kilómetros al noroeste de la costa Atlántica
del país y a 180 km de la costa este de Nicaragua. Está
formado por dos municipios: la capital departamental, que es San
Andrés, y el municipio de Providencia y Santa Catalina Islas.
Es el único departamento insular de
Colombia y además de San Andrés -que es la mayor isla del país- se compone de
otras varias islas, cayos e islotes sobre la plataforma volcánica del oeste
del mar de las Antillas.
Recordemos que el 23 de
junio de 1822 se izó la bandera de la entonces llamada República
de la Gran Colombia en la isla de Providencia, y el 21 de
julio siguiente se hizo lo mismo en la isla de San Andrés, cuando el
archipiélago fue admitido dentro del conjunto territorial de la nueva nación,
siguiendo lo que había sido dispuesto en la Constitución de Cúcuta.
Según el censo de 2005, el
departamento capitalino de San Andrés tiene una población de 73.320 habitantes,
y es el más densamente poblado de Colombia puesto que la suma total de sus
tierras firmes es de solo 44 km², con una densidad de 1.603,5 habitantes por km², lo
que pone al conjunto de las tres islas en una situación difícil en relación a
los recursos naturales.
Los idiomas hablados en el territorio
son el criol (o criollo) sanadresano (*), el castellano y
el inglés.
El criollo sanandresano es
la lengua criolla hablada por la población raizal del
archipiélago de San Andrés y Providencia, semejante al hablado
en Bluefields y la Costa de los
Mosquitos en Nicaragua, la Provincia de Limón en Costa
Rica y las provincias de Bocas del
Toro y Colón en Panamá. Se caracteriza por su vocabulario
originado en el inglés, pero con una fonética propia, y un 7 a 10 por ciento de
préstamos del castellano y de algunas lenguas africanas, principalmente de la
familia de lenguas como el twi, el ewé y
el ibo y también las lenguas mende y mandinka.
No se trata, sin embargo, simplemente
de un dialecto con fonética o léxico diferenciados.
El criollo sanadresano tiene construcciones gramaticales que le son
muy propias, y es claramente una lengua diferente del inglés corriente.
Como siempre, un poco de historia
Entre los años de 1670 y 1680 Henry
Morgan —el famoso
Pirata Morgan— y
Edward Mansvelt, establecieron sus base de operaciones en la isla mayor,
San Andrés, motivo por el cual en 1775 la Capitanía General de Guatemala envió
a Tomás O' Neille para expulsar a los ingleses y holandeses del archipiélago,
bajo autoridad del virrey Antonio Caballero y Góngora.
Mientras tanto, como la producción y
venta del algodón estaba en auge, España empezó a crear un gran interés por las
islas. Las relaciones entre España e Inglaterra mejoraron hasta que en 1786 se
firmaron algunos tratados que exigían la salida de todos los súbditos ingleses
de la Costa de Mosquitos. Aunque muchos salieron, la gran mayoría decidió
permanecer a cambio de pagar los tributos debidos a las autoridades
españolas.
O'Neill pidió que el archipiélago
quedara bajo la jurisdicción del Virreinato de Nueva Granada, lo que se
concedió el 20 de noviembre de 1803 en que la corona española emitió una cédula
real que puso al archipiélago de San Andrés y la Costa de los Mosquitos desde
el Cabo Gracias a Dios hacia el río Chagres bajo la jurisdicción de la Real
Audiencia de Santa Fe de Bogotá. Y además, al gobernador Tomas O'Neill le fue
concedido un sueldo de dos mil pesos fuertes anuales.
Durante la Guerra latinoamericana por
la Independencia de España, las islas que hasta entonces se habían mantenido
leales a la corona española continuaron sus relaciones comerciales y
reconociendo la autoridad de la sede colonial provisional que, por su lado, iba
perdiendo la capacidad de controlar los progressos de la emancipación de las
colonias españolas en América.
Hasta que al final, entre 1818 y 1821
el francés Luis Aury, tomó el poder en las islas y se puso al servicio de las
tropas del libertador Simón Bolívar.
La independencia colombiana
Producida la emancipación, el
archipiélago se mantutuvo relativamente olvidado en el primer siglo y medio de
vida de la nueva república. Sus lazos más cercanos se establecían de
preferencia con las demás islas del Caribe que hablaba inglés, y con la vecina
Panamá; uno de los primeros actos que se dieron en las islas fue la declaración
de San Andrés como un Puerto Franco y la abolición de la esclavitud, lo que
provocó un exitoso movimiento alfabetizador dirigido por el pastor
antiesclavista Philip Beekman Livinston.
Después de la independencia se produjo
el reconocimiento de los territorios costeros sobre el mar Caribe a favor de
Costa Rica de acuerdo con la Real Cédula de 1573. Lo que era una clara
táctica política ya que los británicos demostraban un interés desmedido por
América Central. Esto aparece bastante claro en un texto de 1852 de Tomás
Cipriano de Mosquera que es citado por la historiadora especializada en
estudios latinoamericanos de la Universidad de Toulouse, Lucía Duque Muñoz.
"El límite de la
Nueva Granada sigue la costa del Atlántico hasta el cabo de Gracias a Dios,
comprendiéndose en esta costa los territorios de las provincias de Riohacha,
Cartagena, Panamá y Veraguas, y el teritorio de las Bocas del Toro, que
comprende la Mosquitia y costa de San Juan de Nicaragua en donde Gran Bretaña,
hollando los derechos de la América quiere sostener á un zambo como soberano de
un país cuyo dominio reconoció a la España por tratados públicos. La Nueva Granada
ha ofrecido a las Repúblicas de Nicaragua y Costa Rica entrar en arreglos para
cederles parte de los derechos que tomó de la España con su independencia, y es
probable que limite sus pretensiones hasta el rio Culebra ó Dorces.
De este punto continúan los
límites de la Nueva Granada por la cordillera que divide la provincia de
Chiriquí de la República de Costa Rica, hasta dar en la punta de Burica o golfo
Dulce en el Pacífico, cuyo punto preciso está por determinarse en las dos
Repúblicas".
El archipiélago perteneció
al Estado Soberano de Bolívar hasta 1866 cuando le fue cedido al
gobierno central colombiano para que fuera administrado directamente por su
poder ejecutivo. En 1868 se creó el Territorio de San Andrés y
Providencia con el grupo de islas, islotes, cayos y bajos que
conforman el archipiélago.
Hay que recordar que el 23 de junio
de 1822 se izó por primera vez la bandera de Colombia en las islas y en los
cabildos de San Andrés y Providencia se firmaron la adhesión de los territorios
insulares a la Constitución de Cúcuta después de la visita de Luis Perú de
Lacroix. Las cinco islas principales se convirtieron entonces en el Sexto
Cantón de la Provincia de Cartagena en 1822.
En 1912 y tras una intensa campaña
dirigida por Francis A. Newball desde el periódico The Searchlight —o "El Faro", en castellano— fue aprobada la ley 52 del 26 de octubre
de ese mismo año, que creó la Intendencia de San Andrés y Providencia, como un
territorio nacional separado del Departamento de Bolívar, del cual formaba
parte hasta entonces.
Más tarde, los gobiernos de Nicaragua
y Colombia firmaron el 24 de marzo de 1928 el Tratado Esguerra-Bárcenas por el
que el país sudamericano reconocía a Nicaragua la soberanía sobre la Costa de
los Mosquitos y esta le reconocía a Colombia la soberanía sobre el Archipiélago
de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. El 5 de mayo de 1930 se firmó
el Protocolo que confirmaba el Tratado de 1928.
El gobierno del general Gustavo Rojas
Pinilla confirmó a San Andrés como un Puerto Libre en 1953, lo cual transformaría
a la isla en un centro comercial más activo y de un cierto interés turístico.
Lo que también generó, como consecuencia inmediata y creciente, la llegada de
mucha gente desde la Colombia continental.
En 1972, además, los Estados Unidos
renunciaron definitivamente a sus pretensiones sobre los Cayos Roncador,
Serrana y Quitasueño, por lo cual Colombia amplió su soberanía a los mismos
como parte del Archipiélago.
Pero, sorprendentemente, Daniel
Ortega, presidente de la Nicaragua sandinista, denunció en 1980 el Tratado
Esguerra-Barcenas de 1928 y declaró que llevaría el caso hasta la Corte
Internacional de Justicia de La Haya para probar que el archipiélago era parte
histórica de la soberanía de su país, ante lo cual Colombia ratificó los
tratados en cuestión. Nicaragua alegaba que el tratado había sido firmado
por la presión de Estados Unidos. Colombia, a su vez, sostenía que la
ratificación del tratado se firmó en 1930 cuando las tropas estadounidenses ya
se estaban retirando de la invasión a Nicaragua y no había presión militar o
política para la firma del mismo. Además de eso, en 1999, Colombia y Honduras
firmaron un tratado de límites marítimos que reconocía San Andrés como parte de
Colombia.
En 1991 se creó el Departamento
Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y diez años más tarde,
en 2001, la Unesco declaró al archipiélago como una "Reserva de Biósfera
de Flora Marina".
Por fin y cuando ya el tema parecía
olvidado, en diciembre de 2001, Nicaragua oficializó la demanda que reclamaba
ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya la soberanía sobre el
archipiélago, alegando que Colombia no tenía ningún título legal de soberanía
sobre el área.
Como respuesta, en 2003 Colombia
presentó ante la Corte las "Excepciones preliminares" para
contraponerse a los alegatos nicaragüenses. En diciembre de 2007, la Corte
Internacional de Justicia dio su fallo oficial sobre las excepciones
preliminares de Colombia, en las que estableció que el Tratado de 1928 y el
Protocolo de 1930 eran válidos y que por lo tanto la soberanía de Colombia
sobre las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina eran
incuestionables; y además consideraba que el caso estaba cerrado, no existiendo
ninguna una querella judicial al respecto.
Sin embargo, la Corte estableció que,
por otro lado, sí seguía abierta la disputa sobre la soberanía de los Cayos
Roncador, Serrana y Quitasueños, los cuales no estaban incluidos dentro del
Tratado de 1928 por que en aquella ocasión habían estado en conflicto entre
Colombia y los Estados Unidos. También se mantuvo abierta la querella sobre la
delimitación de las áreas marinas y submarinas entre los dos países.
Finalmente, el fallo de la Corte
de La Haya en 2012 sobre la disputa entre Nicaragua y Colombia presentó
la sentencia de la Corte Internacional de
Justicia del 19 de noviembre de ese año, en la cual los
jueces sentencian que Colombia puede continuar ejerciendo soberanía sobre los
territorios insulares —las islas de San Andrés, Providencia, y Santa Catalina— y las aguas inmediatas a ellos,
y sobre los 7 cayos que le discutía Nicaragua, que los reclamaba como
dentro de su plataforma continental. De este modo, la Corte de La
Haya reconoció que el Tratado Esguerra-Bárcenas de 1928 entre
ambos países era un acuerdo limítrofe en relación a las islas, al que en 1980,
el entonces presidente de Nicaragua Daniel Ortega había otorgado el
carácter jurídico de inválido, basado en que al momento de firmar tal acuerdo
su país estaba ocupado militarmente por tropas de los Estados Unidos.
Pero en contrapartida, Colombia
perdió el control sobre una importante porción de una zona marítima al este del
meridiano 82º, que la corte reconoció como de soberanía de Nicaragüa,
aunque da a la jurisdicción de Colombia una legua a la latitud de las islas
de San Andrés y Providencia, y dos enclaves marinos de un radio
de 12 millas náuticas en torno de los cayos
de Quitasueño y Serrana, los que quedarán encerrados por aguas
nicaragüenses, ya que, según la corte, cada isla o cayo, por
pequeño que sea, debe tener en anexo un mar territorial. Los territorios
en cuestión son ricos en petróleo, gas, y pesca, con gran
abundancia de peces, caracoles, y especialmente de langostas.
Javier Villanueva. Bogotá, 25 de julio de 2016.
(*) En San Andrés y
Providencia el criollo sanandresano es lengua oficial al igual
que el español, según el artículo 10 de la Constitución de Colombia de
1991. Tanto allí como en la costa atlántica nicaragüense la mayoría
de los hablantes de la lengua criolla son trilingües: hablan el
"criol" nativo, además de inglés y castellano. El inglés fue
conservado en las iglesias para la lectura de la Biblia, el culto y los
coros. La escuela y actualmente la televisión satelital al alcance de muchas
familias, han llevado a fortalecer nuevamente el uso de esta lengua entre los
nativos. Por otro lado, la escuela y la televisión, junto con la creciente
presencia de migrantes desde el continente y las nuevas actividades económicas,
políticas y administrativas —y sobre todo el turismo— han extendido el español, que ahora ya es hablado más fluidamente
por los jóvenes raizales.
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